lunes, 6 de junio de 2016

Partió.

Dedicado a Javier Echegoyen, una luz en el sendero.



Partió sin despedirse, dejando el aroma de su recuerdo impregnado en la rosa que ahora yace marchita sobre las páginas de un poemario a medio escribir. Partió, su presencia junto a ella fue breve, intensa; un suspiro invadiendo todo su ser desde lo más hondo del vientre para desvanecerse después en una exhalación. Partió, sin decir hacia dónde; tampoco él lo sabía. Partió, esperar su regreso era quimera; los que partieron antes nunca regresaron. Arrancó un pétalo arrugado, mortecino, y lo cautivó entre los versos del poemario para que la tinta alimentase su existencia. Esperaría la llegada de otras manos que continuasen escribiendo sobre las páginas; ese es el destino de los que aún no partieron.


José Cidón Periañez.

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